La columna del Pensador
Por: El Pensador
Ayer por fin se dio la situación que, aunque sorprende, ya se veía venir; Javier Guerrero renunció al PRI para buscar la gubernatura de manera Independiente.
La verdad es que el Corcel Negro ya había hecho derroche de paciencia, la candidatura se la debían desde los tiempos de Humberto Moreira, luego le heredó el cargo a su hermano Rubén, y ahora éste quiere imponer a Miguel Ángel Riquelme.
Les deja el balón y se lleva a sus jugadores; Ahora Javier se va del PRI y se lleva consigo a sus Guerreros y Guerreras, y viendo las cosas fríamente, el Corcel Negro era el único del PRI que le podría dar batalla a los demás partidos en su lucha por la gubernatura del estado.
Los más contentos con esta decisión son los panistas, ya que con un PRI dividido, y con un contrincante como Miguel Ángel Riquelme Solís sienten que la llevan de gane; como ellos mismos dijeron hace algunos días “Es Riquelme el rival más débil”.
Si los priístas basan su confianza en obtener el voto de las personas que reciben despensa o algún tipo de apoyo social, deben de saber que los ciudadanos ya aprendieron a aplicar también la política: Reciben lo que se les ofrece y prometen que votarán por ellos, pero en la intimidad de la casilla ejercen su derecho a decidir sin más testigo que su conciencia.
Pero todavía nada está escrito, falta por determinar si será Riquelme el que represente al PRI, tal vez con la salida de Guerrero se reacomoden las piezas y cambien de candidato ¿Será?